viernes, 7 de diciembre de 2007

Magdalena Rojas escribe en su Blog Tiempos Modernos sobre los psicópatas

“El mal no es lo que entra en la boca del hombre, sino lo que sale de ella”.

Jesucristo (4 AC-30) Fundador del cristianismo.

El sociópata es ese individuo egoísta, absorto en sí mismo, sin conciencia, empatía ni sentimiento alguno hacia los demás y para quién las reglas sociales no tienen ningún significado. En Wikipedia se afirma que “… la mayor parte de los psicópatas no cometen crímenes, pero no dudan en mentir, manipular, engañar y hacer daño para conseguir sus objetivos sin sentir por ello remordimiento alguno”, también ahí se afirma que “… la psicopatía es incorregible, aunque se pueden utilizar fármacos antipsicóticos para reducir su impulsividad y rehabilitación conductual con una alta disciplina, pero las terapias de rehabilitación habituales no sólo son ineficaces, sino peligrosas.”
La Psicopatía es un Trastorno de la Personalidad tan amplio que la mayoría de nosotros ni siquiera se lo podría imaginar, pues abarca desde aquel grupo caracterizado por individuos con conductas antisociales tales como agresividad, destructividad y falta del control de impulsos, como lo son por ejemplo los asesinos seriales, hasta aquellos individuos cuyos rasgos distintivos pueden pasar desapercibidos para la mayoría ya que son difusos y difíciles de identificar como peligrosos y que por ello, pueden terminar siendo tu pareja e incluso el ex-presidente de tu país: encanto irresistible, carisma, locuacidad, falta de remordimientos o culpa, afectos superficiales, falta de empatía, deshonrestidad, renuencia a aceptar responsabilidades son algunas de sus características.
Aquí me enfocaré en este último grupo, pues muchos de nosotros hemos estado relacionados con individuos así sin siquiera imaginarlo y son peligrosos ya que generan muchísimo dolor y sufrimiento tanto emocional, como hasta económico a sus allegados (parejas, amigos, familiares, socios, gobernados) ya que son depredadores que hacen daño a los demás de manera planeada, decidida y carente de emociones.
El psicópata no sufre, aunque muchas veces finge estupendamente un falso sufrimiento con el fin de manipular y lograr sus planes.
Este subtipo de psicópatas llega a menudo a creerse sus propias ficciones.
Por lo general están dotados de uno que otro talento y lo utilizan a su favor para seducir, manipular y persuadir a otros para que abandonen todo lo que poseen a conveniencia del psicópata, incluso hasta sus vidas.
Muchos líderes de sectas o de cultos religiosos han sido y son psicópatas.
Su falta de emociones refleja un estado de desprendimiento, de audacia perversa junto con una carencia de ansiedad.
Tienden a operar con una conducta grandiosa, una actitud pretenciosa, un apetito insaciable y una tendencia hacia el sadismo.
Su violencia, que no necesariamente es física sino con alta frecuencia moral y psicológica, es planeada.
Su falta de temor es probablemente la característica prototípica.
Es difícil decir qué es lo que los motiva, posiblemente el control y la dominación.
A pesar de que el psicópata tiene gustos, preferencias y afición por los placeres que la compañía humana puede traer, las investigaciones que hasta ahora se han hecho demuestran que es totalmente egocéntrico y que valora a los demás solamente porque aumentan su propio placer o mejoran su estatus.
No sólo codician las posesiones y el poder, sino que también sienten un placer especial al usurpar o quitarle a los otros, así sean sus familiares más cercanos, lo que puedan.
Plagian, estafan, extorsionan y disfrutan todo ello mucho más que si hubiera sido fruto de un esfuerzo honesto y una vez que han agotado todo lo que pueden de una fuente la hacen a un lado y se vuelven hacia otra para explotarla de igual manera.
Su placer al causar la desgracia de otros es insaciable. Utilizan a la gente como medio para alcanzar un fin, subordinandola y degradadandola.
Se cree que una de las principales causas del comportamiento sociopático son anormalidades neurológicas principalmente en el lóbulo frontal del cerebro. Esta área también se relaciona con el condicionamiento del miedo. La actividad anormal anatómica o química dentro de esta área del cerebro puede ser causada por un crecimiento anormal (posiblemente genético), una enfermedad cerebral, o alguna lesión.
Se sabe desde hace ya bastante tiempo que las amígdalas, dos regiones pequeñas ubicadas cerca de la base del cerebro, afectan a la agresión, la sexualidad y la imprudencia. Recientemente, también han demostrado afectar la manera en que la gente interpreta las emociones de otras personas. Un daño sutil en las amígdalas puede explicar muchas de las características de los psicópatas - incluyendo la dificultad de comunicar emocionalmente con ellos. Puede ser que simplemente no puedan “ver” emociones en los otros.

Tomado de Tiempos Modernos La Palabra Aguda Blogspot

cuya autora es Magdalena Rojas

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